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Vitalismo eterno - Introducción


Jaime Brito Zaragoza “El término vitalista surge primero como un adjetivo que acuñó por primera vez el Dr. Charles-Louis Dumas (1765-1813) en 1800.


Para algunos historiadores como William Coleman considera que el termino es muy ambiguo. Para otros es muy amplio y puede abarcar a todo deseo de protección de la vida.


Se sabe que el desarrollo del vitalismo se realizó fundamentalmente en la escuela de medicina de Montpellier en Francia, Europa, a finales del siglo XVIII. En esta escuela de medicina se trató de defender una radical división entre la vida y el mecanismo que expresaban la física y química. El principal defensor de esta dualidad fue el Dr. Paul Joseph Barthez, aun cuando trataron de reforzar su visión de la vida frente al mecanicismo, uniéndose al animismo de Stahl la corriente perdió fuerza en el ámbito medico cuando el Dr. Friedrich Wöhler sintetizo un compuesto orgánico, la urea, a partir de compuestos inorgánicos en 1828.


Si a la posición de la escuela de medicina de Montpellier sumamos la visión Aristotélico Tomista que finalmente desencadena, el dualismo de Descarte, donde se hace una seria división entre el hombre y la naturaleza, entonces la comprensión de una naturaleza espiritual se pierde y solo se busca la realidad en verdades abstractas que no conducen más allá que a un mundo denso y material de los sentidos.


Por otro lado, si entramos a leer el libro del Dr. Hahnemann Los Escritos Menores el claramente rechaza la posición del Stahl y de Helmont El primero animista y el segundo Espiritualista


“Ora se creaba en la fantasía una cosa espiritual que dirige y domina todo el organismo en su curso sano y enfermo (el Archaeus [jefe] de Helmont [Juan Baptista van Helmont (1577-1644). Médico flamenco descubridor del jugo gástrico y su función], el alma corporal de Stahl [Georg Ernst Stahl (1660-1734). Médico y químico alemán, autor del sistema medico llamado animismo] …” Samuel Hahnemann, Escritos Médicos Menores, Traducción de Fernando Francois Flores, B. Jain Publishers (p) Ltd. 1996”

(La filosofía de la medicina Homeopática no es Vitalista. Por Dr Jaime Brito Zaragoza 2018)

La importancia de entender estos acontecimientos históricos radica en que la educación que hemos recibido es una educación sustentada fundamentalmente en una filosofía de Descartes donde se pierde la unidad entre el objeto y el sujeto, pues para El no hay conexión ,ni conocimiento entre el sujeto y el objeto, lo que ocasiona el desconocimiento de la realidad y todo conocimiento se queda en la verdad un acto interno del sujeto que debe demostrar. A pesar de que Aristóteles mencionaba que todo el conocimiento que se adquiere es por los sentidos y del medio exterior.


Bajo este escenario no podemos comprender como existe realmente una unidad entre el sujeto y la realidad y es la realidad la que “esta siendo” no como un concepto de ser sino en un movimiento que nos estimula y modifica ,abriendo nuestra conciencia y conocimiento de la realidad, marcando el fundamento de toda verdad (La verdad es real si está en contacto con el “estar siendo” de la realidad) de lo contrario solo será un concepto vacío de realidad, e decir solo será pura imaginación. Todo sujeto que este en contacto con la realidad sus verdades son reales pero el sujeto que solo imagina o deduce conceptos verdaderos no implica que sus verdades sean reales.


Cuando se habla de vitalismo y mecanicismo lo único que se está pensando son en conceptos que no están en contacto con la realidad, puesto que en la realidad solo se encuentra un movimiento real donde lo material y lo espiritual están unidos. La materia es la expresión del Espíritu y el Espíritu se manifiesta en lo materias.


Por todo esto es necesario hacer ver como el Doctor Hahnemann, el Filósofo Teilhard de Chardin y posteriormente el filosofo Zubiri, manejan en sus conceptos el contacto con la realidad ,en una unidad espiritual material que permite el conocimiento no abstracto o simplemente verdadero ,sino una realidad en los conceptos.


Desde luego esto repercute en la ciencia medica puesto que si se ve como autentico los diagnósticos solo se piensa en el sujeto las enfermedades, es decir ,solo son conceptos fuera de la realidad que los médicos en sus mentes sintetizan los síntomas y le dan un nombre que no existe en la realidad, ya que no existen enfermedades sino enfermos.


Por lo tanto si queremos realmente curar a los enfermos necesitamos conocerlos en la realidad no en los conceptos predeterminados de la enfermedades inventadas por los médicos que únicamente ven el proceso mecánico separando al enferme de su vida real que es lo que verdaderamente lo enferma dinámicamente.


De aquí la importancia de esta presentación, pues se requiere hacer una síntesis de unificación de síntomas no como una suma de ellos sino comprendiendo la unidad Espíritu corporal, es decir el dinamismo en el que se mueve nuestro enfermo y le está provocando síntomas por su desequilibrio dinámico vital.

Vitalismo Eterno
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